viernes, 24 de junio de 2016

Protección Solar: Protege tu Piel

Durante el verano, es cuando más actividades desarrollamos al aire libre pero también es la época en la que los rayos del sol son más perjudiciales, ya que inciden en la Tierra de forma más perpendicular. Nuestra piel es en esta época muy vulnerable a la exposición solar, por lo que una adecuada protección es fundamental para evitar daños sobre la salud, sobre todo porque los efectos negativos de la exposición prolongada al sol son acumulativos.
Algunas de estas consecuencias son quemaduras, insolaciones, afecciones oculares, alteraciones del sistema inmunitario o el envejecimiento cutáneo prematuro. El aumento del cáncer de piel (carcinoma y melanoma maligno) en los últimos años es un claro indicativo de los peligros que comportan estas radiaciones cuando no se toman las debidas medidas de precaución. No obstante, la mayoría de los efectos adversos de la exposición al sol son evitables siguiendo unos sencillos consejos que recomiendan el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y las organizaciones especializadas, documento en pdf:
  1. Evite exponerse al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas), así como exposiciones prolongadas o siestas.
  2. Disminuya las partes del cuerpo expuestas directamente al sol. Las prendas ligeras, las camisas de punto tupido y los pantalones largos bloquearán la mayor parte de la radiación solar. Las prendas más cómodas en los climas calurosos son las camisas de algodón de colores claros. La ropa debe ser cómoda y no demasiado ceñida.
  3. Se recomienda cubrir la cabeza con sombreros o gorras.
  4. El sol puede dañar también los ojos, por lo que es recomendable utilizar gafas de sol homologadas que filtren, al menos, el 90% de la radiación ultravioleta(UV).
  5. Utilice productos de protección solar con un factor elevado y adecuados a su edad, tipo de piel y zona del cuerpo. Estos protectores deberán aplicarse, en cantidades generosas, 30 minutos antes de exponerse al sol y renovarse cada dos horas y después de cada baño. Recuerde que ni siquiera los productos de protección solar muy eficaces y que protegen frente a ambas radiaciones, UVB y UVA, pueden garantizar una protección total frente a los riesgos que la radiación ultravioleta entraña para la salud. La única forma de evitar completamente los daños del sol es evitar la exposición y, cuando esto no se haga, tomar las medidas de protección adecuadas descritas para intentar disminuir el riesgo.
  6. Sea cuidadoso en exposiciones sobre y en el agua, ya que la radiación puede penetrar hasta un metro en el agua clara.
  7. Proteja especialmente a los niños, ya que son muy sensibles a sobre exposiciones al sol en esta época del año. Se debe evitar también que menores de 3 años estén expuestos al sol. Se deben utilizar cremas de factor solar elevado (se aconsejan factores de protección solar mayores de 40).
  8. Si toma medicación, compruebe que ésta no aumenta la sensibilidad cutánea a la radiación ultravioleta.
  9. No olvide que el riesgo de quemaduras solares se incrementa con la altura (cada 300 metros, aumenta un 4% el poder de las radiaciones ultravioletas) por lo que en la montaña se deben seguir los mismos consejos para protegerse del sol.
La consigna es clara: en verano hay que protegerse del sol. El mensaje parece que ha calado hondo en la sociedad. Cada vez hay más gente que utiliza creama solar. Con el verano ya en marcha y las vacaciones a la vuelta de la esquina, toca despejar las pequeñas dudas que tengas sobre la protección solar y descubrir cómo utilizar el protector solar, que no debemos olvidar que después de EVITAR la EXPOSICIóN SOLAR es el principal arma en la lucha contra el cáncer de piel.  Los siguientes 17 puntos te servirán para que este año no cometas los errores del pasado y te enfrentes al sol con más precaución. Tomado de huffingtonpost.es 
1. No compres menos de 30 ni te obsesiones con usar más de 50: "Si hablamos de prevención del cáncer de piel, el factor mínimo que debemos usar es 30. Por debajo el efecto protector es muy bajo y por encima de 30 estamos claramente protegidos". En lo referente al factor máximo, debemos tener en cuenta que las cremas con factor superior a 50 no presentan apenas diferencias entre sí. "Hoy en día existe una directiva europea que dice que los fotoprotectores si tienen un índice mayor de 50 no deben promocionarlo. Deben poner 50+ porque la diferencia entre un 70 y un 100 es mínima.

2. La pantalla total no existe: Ninguna crema va a hacer ese efecto, aunque hay algunas que reducen mucho la radiación: "Aún así con un 50 o un 100 puedesllegar a quemarte". "Siempre te entra una cantidad mínima de sol que va sumando, va sumando y si te pasas de tiempo al final te quemas", añade. Por eso, en caso de querer cuidar una cicatriz para que no te quede marca, es mejor cubrirla que confiar en la pantalla total.

3. Fíjate que proteja de los ultravioleta B y también de los A: El factor SPF (15,30,50,50+) que reflejan todos las cremas solares se refiere a la protección contra los rayos ultravioleta B, que fueron los primeros que se supo que podían producir cáncer piel. "Posteriormente se ha visto que los ultravioleta A también son capaces de de producir cáncer de piel por lo que poco a poco se han ido incorporando filtros contra esos rayos". Así cada vez que compramos una crema no sólo debemos fijarnos en el índice SPF, hay que comprobar que proteja de los UVA, aunque en este caso el índice no es tan importante porque "hoy día la tecnología no permite ser tan finos como para saber qué porcentaje de rayos ultravioleta A se filtran".

4. No hace falta ir a la farmacia: Puedes comprar tu crema solar en una farmacia, pero también en una parafarmacia, una gran superficie comercial o en una droguería. Lo importante es comprarla y usarla. "Lo que tienen las cremas de farmacia es que tienen menos productos químicos, son fórmulas más sencillas que producen menos alergias". Desde la AEDV recomiendan fijarnos que el envase aparezca el sello CE, que significa que el protector ha pasado los controles de la Unión Europea.

5. Cuidado con usar la del verano anterior: Igual que los alimentos, las cremas tienen fecha de caducidad. Si no la respetamos y seguimos usándola más tiempo del que marca el anunciante, ésta puede perder propiedades y dejar de ser eficaz. Los protectores solares suelen tener una vida útil de 12 meses —un bote destapado con un número seguido de una M mayúscula indica los meses que puede estar abierto— por lo que no es muy recomendable reutilizar la del año anterior. "Si la abriste el principio del verano y no la terminaste es mejor que uses una nueva. Otra cosa sería que la hayas abierto al final de temporada, entonces sí que podrías seguir usándola".

6. Póntela en casa:Hay que echarse la crema entre 20 minutos y media hora antes de la exposición y renovarla nada más llegar a la playa o piscina. Hacerlo con anterioridad es la forma de garantizarnos que la crema se mezclará correctamente y de forma uniforme con nuestra capa cutánea. Además en casa podemos echarnos crema sin el bañador y así asegurarnos de que ninguna parte del cuerpo queda sin cubrir. Además los bañadores tienden a ser muy finos y podemos llegar a quemarnos si nos exponemos durante demasiado tiempo.

7. Sé generoso: Lo que dicen todas las casas comerciales y estudios es que para llegar a la máxima protección debes poner 2 miligramos por cada centímetro cuadrado de piel. Lo que para un adulto medio (ni muy alto ni muy bajo) supondría 30 mililitros, un vaso de chupito o una pelota de golf. En cuestión de cremas solares, hay que ser generoso.

8. Renúevala cada dos horas (como mínimo): Por mucho que hayas seguido las recomendaciones previas, te hayas puesto la crema en casa y la hayas renovado al llegar a la playa o piscina, no puedes olvidarte de la crema. "Hay estudios que señalan que en dos horas casi el 80 por ciento de la capacidad de barrera se ha perdido". Las cremas espesas deberíamos renovarlas cada dos horas pero las que son más livianas y ligeras o las que se presentan en spray deberíamos hacerlo con más frecuencia ya que se evaporan con más rapidez. Ésa sería la norma general pero hay algunas excepciones. Porque no es lo mismo tomar el sol en primera línea de playa a 40 grados a hacerlo en un día nublado cuando los termómetros no llegan a 30. Tampoco es igual que toque renovar a las ocho de la tarde que a las seis, mientras que en el primer caso ya no sería necesario en el segundo es imprescindible. A esa hora el sol es más débil y la temperatura es más baja por lo que tendemos a evaporar menos.

9. Créete lo del water proof: Sí, es verdad. Las cremas resistentes al agua existen pero si queremos garantizar su eficacia es mejor renovarlas después de bañarnos. Especialmente cuando son muy líquidas porque el agua las disuelve con facilidad. Las más resistentes son las espesas, esas que cuesta tanto extender y al salir del agua reaparecen en forma de manchas blancas.

10. La crema de cuerpo también vale para la cara: Que exista una crema específica para el cuerpo y otra para la cara tiene una explicación pero no significa que no puedas protegerte el rostro con la crema que te echas en las piernas. Si hay una crema específica para la cara se debe a su composición. Al tener más glándulas sebáceas suele tolerar peor las cremas más grasas, pero no hay un motivo de salud que diga que haya que proteger la cara de una forma y el cuerpo de otra. La única diferencia radicaría en que la cara está siempre expuesta a la luz solar, tanto en verano como en invierno, por lo que deberíamos llevarla protegida todo el año. La luz ultravioleta no sólo produce cáncer, también produce envejecimiento precoz y la forma de evitarlo es mantenerla protegida durante todo el año.

11. Usando protector también te pones moreno: Quizás lo hagas más lentamente pero eso no significa que no vayas a cambiar de tono de piel. El moreno será más gradual y también más seguro. Utilizando una protección adecuada —entre SPF30 y SPF 50— no nos quemaremos. Ni siquiera si llegamos a la playa con la piel traslúcida.

12. El aftersun sólo hidrata: El aftersun es solo eso, "una crema para resolver el déficit de hidratación que tenemos después de exponernos al sol pero que no evita las consecuencias de habernos quemado". Esto no quiere decir que debamos de dejar de usarlo pero sí que no tiene ningún efecto protector.

13. No te olvides del empeine, la planta del pie y el cuero cabelludo: Cuando se trata de protegernos del sol, hay zonas del cuerpo que se nos olvidan. En ese grupo está el empeine pero también las plantas de los pie. Aunque la piel de éstas, igual que pasa en las palmas de las manos, es más gruesa y filtra más por tener más cantidad de capas, no podemos olvidarnos de ellas. Cuando tengamos pensando echarnos una buena siesta tirados al sol, es recomendable protegerlas. Al no tener melanina no se ponen morena, pero se pueden llegar a quemar". El cuero cabelludo es el otro gran olvidado. Tiene una protección natural que es el pelo, pero en las personas rubias, de pelo fino o con calvicie hace falta añadir un extra. El especialista aconseja recurrir a sombreros o gorros que eviten los rayos, pero si nos cuesta usarlos siempre podemos recurrir sprays protectores.

14. También hay que protegerse en ciudad: La mayoría asociamos las cremas solares a los días de vacaciones y las jornadas de playa y piscina. Pero tan importante es usarla al lado del mar como ponérsela cuando sales a dar un paseo por la ciudad. Especialmente cuando ese paseo se produce a una hora de mucho sol y en una zona sin sombras. Si el paseo va a ser de 10 minutos y eres moreno no hace falta echarse crema, pero si eres muy blanco y esos 10 minutos van a ser al sol o van a prolongarse, es mejor que protejan. No debemos subestimar el sol de ciudad ya que la cantidad de radiación recibida depende de la distancia que hay desde el punto de exposición al Ecuador. Así el Sol de Madrid sería igual que el de Valencia: La diferencia es que en ciudad no llevas bikini y vas más cubierto pero el sol (y los daños que puede causar) es exactamente igual.

15. Evita el sol de 12 a 16: Aquí da igual que lleves o no protector. Los dermatólogos son claros en este punto. Entre las 12 de la mañana y las cuatro de la tarde es cuando más cantidad de radiación recibimos por lo que debemos evitar la exposición solar. Es el primer punto de su decálogo para cuidar la piel en verano de la AEDV.

16. Un aceite del 30 protege más que una crema SPF 15: Suena contradictorio pero cada vez hay más aceites bronceadores con alto índice de protección y lo curioso es que resultan más recomendables que algunas cremas solares. Si compras una marca de confianza y la renuevas con frecuencia —cada menos de dos horas— es mejor usar aceite que una crema de baja protección. Tienes que tener en cuenta que al ser un aceite no se llega a mezclar con la capa de la piel por lo que queda suspendido encima y se evapora antes".

17. Y nunca le pongas crema a bebés de menos de seis meses: Esto se traduce en que no debes llevarlos a la playa. La piel a esa edad es todavía inmadura y las cremas no son adecuadas para su piel. Ni siquiera los protectores pediátricos, cuya única diferencia respecto a los de los adultos es que tienen menos componentes químicos. A partir de esa edad no debemos escatimar en protección: los riesgos de desarrollar un melanoma en el futuro se multiplican en las personas que han sufrido quemaduras cuando tenían menos de 18 años.

Consejos para pacientes:
No os perdáis los consejos de:
Ver otras recomendaciones para el periodo estival del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.