viernes, 15 de junio de 2012

Dishidrosis, eczema


El eczema dishidrótico es una enfermedad de la piel inflamatoria, bastante frecuente que afecta a las manos y a los pies, también se le llama dermatitis eczematosa dishidrótica, eczema paráptico o pómpholix (en este caso si presenta erupciones agudas de grandes bullas). Su principal característica es que aparecen vesículas pequeñas, que aparecen y desaparecen durante un largo tiempo, en palmas, plantas, y caras laterales de los dedos, acompañadas o incluso precedidas picor importante. Su causa es desconocida, sospechándose que interviene nuestro propio sudor sobre una predisposición atópica. El estrés y la sudoración también pueden favorecer los brotes de dishidrosis, más raramente puede aparecer como una reacción a distancia ante presencia de hongos en los pies.
No existe ninguna cura definitiva. El eccema dishidrótico normalmente desaparece sin problemas, pero los síntomas pueden reaparecer posteriormente. El rascado excesivo puede llevar a que se presente una piel irritada y gruesa que es más difícil de tratar y tarda más tiempo en sanar. Suele tener  una evolución cíclica, incluso puede resolverse sin tratamiento, pero cuando parece estar curado puede volver a aparecer. Si esto ocurre y no se resuelve espontáneamente podemos plantear una serie de recomendaciones:
  • Control de los factores desencadenantes: secar bien las manos, la utilización de cremas hidratantes después del lavado y evitar detergentes y jabones puede ayudar a la prevención, siendo la protección con guantes ante exposición a agentes irritantes o el útil el uso frecuente de emolientes tras la exposición al agua procurando una hidratación adecuada de la zona. Dispones de información para evitar los factores desencadenantes aquí, y te recuerdo que la alergia a metales como el níquel puede ser uno de estos factores.
  • Tratamiento sintomático del picor: en caso de estar indicado tu médico de familia puede indicarte el antihistamínico oral más adecuado en tu caso o preparados tópicos como por ejemplo, acetato de aluminio tópico, o permanganato de potasio, o solución de vinagre (una taza de vinagre por cada cuarto de litro de agua, remojar las zonas afectadas durante 15-20 minutos dos veces al día).
  • Tratamiento de la hiperhidrosis: en caso de que la hiperhidrosis (sudoración excesiva) sea el principal factor desencadenante, tu médico de familia te orientará a cual es la mejor opción a tomar, planteandote una valoración por dermatología.  
Cuando el problema persiste a pesar de cambiar el estilo de vida y evitar los factores desencadenantes, existen diversas opciones de tratamiento que has de decidir con tu médico y que incluyen tratamiento con corticoides tópicos u orales, inmunomoduladores tópicos, fototerapia o tratamiento inmunosupresor, pero que siempre te aconsejo no inicies por tu cuenta.

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